Sobre la marcha, al piano
15/01/2014 Deja un comentario
La pianista venezolana Gabriela Montero recupera para las salas de concierto el olvidado arte de la improvisación clásica.
La escena debe ser de las más singulares que puedan verse hoy en una sala de conciertos. Nos encontramos en el imponente KKL, o Palacio de Congresos y Conciertos de Lucerna, lleno hasta la bandera. La estrella es una pianista que con naturalidad coge el micrófono y se pone a charlar con el público. Les pide que canten (o silben) alguna melodía, de preferencia bien conocida. Los recatados suizos primero ríen con timidez, pero de a poco se lanzan a cantarle desde un fragmento de Beethoven hasta una canción tradicional pasando por el clásico latino Moliendo Café. La pianista escucha con atención, repite el motivo y se queda pensando con los ojos cerrados. Poco después, se lanza a tocar la pieza en formato de fuga, o de imponente preludio, añadiendo infinitas variaciones y colores. Lo que el público del Festival de Lucerna está presenciando con indisimulado asombro es algo que fue la regla durante buena parte de la historia de la música, pero que se ha perdido (casi) por completo a partir del siglo XX. Se trata del olvidado arte de la improvisación clásica. Un arte en el que músicos como Bach, Liszt o Mozart fueron consumados maestros, y que renace gracias a Gabriela Montero.
Nacida en Caracas en 1970, es posible que el lector recuerde a Montero del día en que tocó ante cientos de millones de personas en la primera ceremonia de investidura de Barack Obama. Junto a Yo-Yo Ma e Itzhak Perlman, interpretó una pieza de John Williams compuesta para celebrar al primer presidente afroamericano de la Historia. (…)
El País | Rodrigo Carrizo Couto –LEER AQUI LA NOTICIA DE MUSICA / INTERNACIONAL
Noticia seleccionada por AMADEUS LIBRERIA DE MUSICA