Trescientas cuerdas para un sonido

Más de 70 jóvenes chelistas de la región se reúnen en el conservatorio Jesús de Monasterio de Santander. Cuando se sientan, algunos niños son tan altos como su instrumento, agarrados a un mástil de madera pulido con cuatro largas cuerdas que suenan en la caja del violonchelo. Tienen entre 7 y 16 años, algunos llevan «apenas unos meses» tocando el instrumento, y otros ya son veteranos en eso de unir un sonido con otro hasta generar la cadencia necesaria que se traduzca en canción, en sinfonía, en dúo o en silencio sostenido. Ese trasvase de experiencia, ese compartir el momento de crear y ver sobre la realidad el efecto que tienen las horas de estudio y esfuerzo en los conservatorios es lo que persigue el VI Encuentro de Violonchelos de Cantabria, que durante este fin de semana ha reunido en Santander a más de 70 jóvenes de la región con su evocador instrumento entre los brazos. «Lo hacemos por amor al arte, y nunca mejor dicho», dice el profesor Rafael Ordaz, que impulsa el encuentro junto con el resto de docentes de esta especialidad de los tres conservatorios de la región; el de Torrelavega y los dos de Santander (Jesús de Monasterio y el municipal Ataúlfo Argenta). (…)

El Diario Montañés | Marta San Miguel –LEER AQUI LA NOTICIA DE MUSICA / CANTABRIA

Noticia seleccionada por AMADEUS LIBRERIA DE MUSICA

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