Apoteosis a cuatro manos

Barenboim y Argerich ofrecen un recital histórico en el Colón. El teatro de Buenos Aires les vio nacer como artistas.

La noche iba a ser perfecta. Iban a tocar por primera vez juntos en el Teatro Colón dos leyendas mundiales del piano, dos porteños que dieron sus primeros pasos artísticos ahí mismo: Daniel Barenboim, de 72 años, y Martha Argerich, de 73. Pero la expectación era tal que desde hacía meses no había entradas ni para muchos periodistas, ni para familiares de ambos, ni para los 110 miembros de la West-Eastern Divan, la orquesta que fundó Barenboim en 1999 junto al pensador palestino Edward Said con músicos israelíes, palestinos, sirios y españoles y que acompaña al músico argentino esta semana en Buenos Aires. De pronto, casi un día antes del concierto, a Barenboim se le ocurrió que los músicos de la West-Eastern Divan podían escuchar el concierto ahí arriba, junto a los dos solistas, en el escenario. (…)

Barenboim quería ofrecer al mundo la imagen de que la unión es posible, otra forma de hacer las cosas. De que mientras en Gaza mueren cientos de personas, ahí conviven en armonía israelíes, palestinos, sirios y también españoles, ya que la sede de la orquesta se encuentra en Sevilla, gracias al patrocinio de la Junta de Andalucía. Y ahí estaba la foto, todos los músicos parecían extasiados. El programa concluía con La consagración de la primavera de Stravinski, en versión para piano a cuatro manos. Al concluir, el Colón parecía venirse abajo. Un grupo de seguidores roció cientos de papelillos de colores desde los pisos superiores y a los maestros no les quedó más remedio que regalar varios bises. (…)

El País | Francisco Peregil –LEER AQUI LA NOTICIA DE MUSICA / INTERNACIONAL

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El talento y el genio

Ver a Barenboim y Argerich en acción a cuatro manos es un milagro musical que no se olvida.

Pocas propuestas pueden despertar la ilusión de los melómanos de cualquier rincón del mundo de forma tan excitante como un encuentro de Martha Argerich y Daniel Barenboim. Si además esa propuesta tiene lugar en la ciudad donde ambos nacieron con sólo un año de diferencia —ella en 1941; él en 1942— y en un escenario tan cargado de historia como el Teatro Colón, hay que hablar de auténtico acontecimiento cultural.

De origen judío, ambos tienen raíces musicales ligadas a la mejor tradición argentina, representada por el gran Vicente Scaramuzza, que fue maestro del padre de Daniel, Enrique Barenboim, y de Martha: quizá esa forma natural de cantar desde el piano proviene de esas enseñanzas, de esa tradición que les mantiene unidos, aunque desde personalidades musicales muy distintas. Argerich es la pasión pura, volcánica, el piano como expresión natural de sentimientos. Ambos son colosos del piano, pero mientras que ella nació pianista y en el piano encuentra todo lo que necesita para ser feliz haciendo música, sola o en compañía de otros, Barenboim es un pianista con alma, corazón y mente de director de orquesta.

El País | Javier Pérez Senz –LEER AQUI LA NOTICIA DE MUSICA / INTERNACIONAL

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