El guerrero del jazz

Por una vez, unanimidad: hemos visto una catarata de despedidas a Juan Claudio Cifuentes. Se ha repetido que era un enorme comunicador y una bellísima persona. Con o sin micrófono, compartía generosamente los conocimientos de una vida entera consagrada al jazz.

Con todo, se infravalora lo que finalmente le hacía único: su compromiso estético y, aún diría más, ético. Su voz afable escondía un espíritu férreo. Su disidencia destapaba el pensamiento blando que reina en la radio, incluyendo la radio pública. Era un creyente en un panorama dominado por las veletas. Luchaba contra la banalización de la palabra jazz. Se le llevaban los demonios cuando los grandes festivales se transformaban en escaparates de músicas variadas. Usaba un símil gastronómico: “si voy a un restaurante chino, me preocuparía que en la carta también ofrecieran espagueti”.

No se confundan: amaba músicas alejadas del jazz. Cuando participó en aquel ciclo autobiográfico llamado La Música Contada, se llevó discos de Beatles, Stones, Dylan, Serrat y Crosby, Stills & Nash, aparte de dosis de soul y chanson (coincidió en París con el esplendor de Brel o Brassens). Pero detestaba los engaños. Esas muchachas de piernas largas, esos jovencitos esbeltos que misteriosamente aparecen en venerables sellos de jazz… y descubrías que allí solo había otra cantautora más o un candidato a actuar en Las Vegas. Aspiración legítima pero, por favor, que no lo vendan bajo la sagrada etiqueta. (…)

El País | Diego A. Manrique –LEER AQUI LA NOTICIA DE MUSICA / MADRID

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Muere ‘Cifu’, la voz radiofónica del jazz

Juan Claudio Cifuentes dirigió influyentes programas radiofónicos como ‘Jazz porque sí’

Lo que siempre nos pareció inconcebible ha sucedido: Cifu nos ha dejado. El pasado lunes 9 de marzo, fue ingresado en el hospital Nuestra Señora del Rosario, de Madrid, a consecuencia de un ictus. Su fallecimiento ha sucedido esta mañana [por el 17 de marzo].

Cifu forma parte de la vida de muchos en este país, de cuando aquí no llegaban los discos de jazz, o de casi nada. Uno tenía que escucharle para saber cómo sonaban Coltrane, o Lee Morgan, o Art Blakey. Luego estaba que Cifu era como era, y uno no solo terminaba sabiendo cómo sonaba Coltrane sino cual era el color de los calcetines que usó en la sesión del 7 de marzo del 53, y si había desayunado café con leche y cereales y de qué marca los últimos. Pero él era así, y así le queríamos. (…)

El País | Chema García Martínez –LEER AQUI LA NOTICIA DE MUSICA / MADRID

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