Las fotos también suenan

Cuerdas y pentagramas, luces y sombras, instantes, diapasones. Partituras como objeto artístico. Instrumentos de figuras insinuantes. ‘La música de π (y otras fotos que me suenan)’ recoge una serie de fotografías inspiradoras vinculadas al mundo de la música. El autor de todas ellas es el artista multidisciplinar Juan Luis García Díez (1966, Cistierna, León) y la exposición puede verse en el vestíbulo del Auditorio ‘Ángel Barja’ del Conservatorio de Música de León, hasta el 11 de octubre, dentro del 28 Festival de Música Española de León.

Juan Luis García Díez desarrolla su actividad profesional en el campo de la música y de ahí que suela hacer fotos de los conciertos que organiza o a los que asiste con regularidad. También en otros momentos en soledad perfectos para captar el instante. Para él los instrumentos musicales tienen un especial atractivo. “Son objetos que encierran el secreto del sonido, sujetan cuerdas, ocultan columnas de aire, muestran cómo se organizan las escalas o las sonoridades”, explica. Además, la música es una de las artes escénicas y “hacer fotos de un escenario donde se está haciendo música da muchas posibilidades: retratar las relaciones entre los músicos, la coordinación de los movimientos, la relación con el instrumento, la expresividad de los rostros y de las actitudes…”.

El reto de hacer algo así recae en la diferencia entre los dos medios protagonistas, la música y la fotografía. “La primera es un arte en el tiempo, y la segunda escoge un momento más o menos preciso de ese tiempo en el que ocurren las cosas en la música”, continúa. “De ahí que haya que esperar a las respiraciones, buscar los acentos o los momentos antes de comenzar una melodía o atacar un acompañamiento. Quizás también el silencio en el que quien toca escucha a otro, o sencillamente busca en ese silencio el momento adecuado para comenzar a tocar”.

La partitura como obra gráfica: Mediante sus fotos, García Díez descubre al espectador la partitura como algo más elevado, como una forma de arte en sí misma. Sin duda cree que la partitura va mucho más allá de dar una información gráfica directa sobre lo que ha de sonar: la densidad de las texturas, el lirismo de las melodías, el motor de los ritmos repetidos. “Quien lee una partitura no sólo está extrayendo una información técnica sobre alturas, duraciones, intensidades, dinámicas, ya que hay otras informaciones que inferidas de lo que está escrito tienen que ver con el fraseo, la intención… Y en algunas grafías de música contemporánea, donde se recurre a escrituras no convencionales, la partitura pasa a ser casi más una obra gráfica que una estrictamente musical”, relata. (…)

Hoyesarte.com –LEER AQUI LA NOTICIA DE MUSICA / CASTILLA Y LEON

Noticia seleccionada por AMADEUS LIBRERIA DE MUSICA

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